Vanitas, Jacques Linard, 1600-1645, Museo del Prado. Madrid.

domingo, 17 de febrero de 2013

Reflexionando Sobre la Sabiduría con el Sabio Nicolás Gómez Dávila


Don Nicolás, Enorme Filósofo colombiano estudiado en Europa y desconocido en nuestro país. Un Hombre afortunado que vivió para leer y pensar y no para trabajar. Se construyó un paraíso, en su casa en Bogotá, de más de treinta mil libros, la mayoría en el idioma del autor. Se dio el lujo de leer, pensar y escribir nueve horas al día. Solo puede ser llamado el Dios de los Escolios.

Uno de sus escolios dice: La madurez del espíritu comienza cuando dejamos de sentirnos encargados del mundo. Sabio, el gran filósofo Nicolás. Sus enseñanzas deberían nutrir a sus coterráneos pero los colombianos son sordos a la sabiduría. ¿Qué nos quiere decir? Es sencillo, no somos los encargados del mundo. Enseñanza de sentido estoico. ¿Qué es el mundo? El mundo lo es todo. El mundo son los objetos, los sujetos y las relaciones, es decir, las cosas, las personas y como se encuentran relacionadas entre sí. “El mundo es independiente de mi voluntad”, dijo, otro grande del pensamiento, el filósofo Wittgenstein. Maduramos en espíritu, es decir, adquirimos sabiduría, cuando comprendemos que el mundo sucede, que los hechos pasan, que las cosas simplemente ocurren. El mundo no va como yo quiero que vaya, el mundo va como va y punto. Somos nosotros quienes le damos sentido al suceder del mundo, somos nosotros quienes le damos significado a los hechos. Dependiendo de nuestro estado mental le damos el significado a las cosas. Si estamos bien tienen un sentido, si estamos mal tienen otro. Si pensamos así es diferente a si pensamos asá. Pero al mundo no le importa lo que pensemos de él. El mundo permanece y las generaciones de humanos aparecen y desaparecen. Las viejas generaciones ven nacer a las nuevas y las nuevas generaciones ven perecer a las viejas, y el mundo ahí. Comenzamos a adquirir sabiduría cuando nos damos cuenta de que el mundo no depende de nosotros y que las cosas que suceden no tienen ningún mensaje oculto para que las descifremos. Existen diferentes formas de vivir, una de ellas es la de intentar cambiar o transformar el mundo, pero los cambios que logramos son mínimos. Y nosotros no podemos hacer nada con respecto al pasado y no podemos predecir el futuro. Otra forma de vivir es siendo un observador imparcial del mundo, es decir observarlo, contemplarlo, pensarlo, y vivir sabiendo que somos parte del mundo y que somos seres mortales, que nuestra vida es efímera y que estamos destinados al “polvo elemental que nos ignora.” (Borges).

No somos dueños del mundo, no somos responsables de las cosas que ocurren en él, ni de las decisiones que las personas toman, somos medianamente responsables de nosotros mismos y totalmente responsables de nuestras acciones. 

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