Gustavo Adolfo Bécquer, Enorme Poeta Español. Es el puente entre la antigua poesía
romántica y la nueva poesía española. Inspiró a los poetas de finales del S. XIX
y principios del S. XX. Fue un elegido de las musas y vivió atormentado. Murió
joven y brilló después de su muerte con sus rimas y leyendas. Es el poeta de
los sentimientos amorosos y, además del amor, de una fuerte carga filosófica y existencial.
En,
tal vez, su mejor leyenda “El Rayo De Luna”, dice: “Cántigas..., mujeres..., glorias..., felicidad..., mentiras todo, fantasmas
vanos que formamos en nuestra imaginación y vestimos a nuestro antojo, y los
amamos y corremos tras ellos, ¿para qué?, ¿para qué? Para encontrar un rayo de
luna.” Además de Poeta, Filósofo. Hombre Grande que, con tan solo
treinta y cuatro años, alcanzó la inmortalidad y su nombre inspira, enseña e
ilumina a quienes lo leen.
En
esta obra hay un joven romántico y meditabundo que se encuentra en el bosque y en
la noche cree ver a su alma gemela que vaga, como él, en busca del contacto con
lo místico. Cuando indaga más en quién es la amada, se da cuenta que es el reflejo
de los rayos de luna entre el follaje del bosque. Toda la ilusión que tenía en
la belleza y el amor de una mujer y la felicidad que ella podría proporcionarle
se desvanece como una falsa ilusión. En cuatro palabras menciona la meta
existencial humana, cantigas equivale a distracciones; mujeres, al amor;
glorias, al poder y al reconocimiento; felicidad, a la tranquilidad y la vida
plena; eso es lo que busca cada humano en esta vida. La crítica es severa, “mentiras
todo”, todo aquello que anhelamos y a lo cual aspiramos es una mentira, es
decir algo que no es verdad. La gloria, la felicidad, el amor, la diversión, todo
es una mentira. “Fantasmas vanos que formamos en nuestra imaginación y vestimos
a nuestro antojo”, es decir que los humanos inventamos como debemos vivir y con
el tiempo las generaciones posteriores creen que es verdad, que es la única
manera y no son capaces de corregir lo erróneo y de buscar nuevas estrategias; “los
amamos y corremos tras ellos”, es decir
es en lo único que creemos y lo único que pensamos que existe y vamos en su búsqueda
ignorando lo demás; ¿para qué?, ¿para qué? Para encontrar un rayo de luna, es
decir algo efímero y que se desvanece en el tiempo. Los seres humanos vivimos
de ilusiones y creemos que estas invenciones de nuestra mente son reales. Creemos,
además de aquellas cosas que inventamos como especie o como individuos, en
aquellas cosas que los demás inventan. Y deberíamos aprender a confiar más en
nuestra inteligencia, es decir en no inventar nada y en indagar por cuenta
propia en la realidad de las cosas. No es lo mismo nacer pobre que nacer rico,
ni es lo mismo nacer en áfrica que nacer en Alemania, lo que quiere decir que
nosotros inventamos la cultura y la forma de vivir en sociedad. De acuerdo a
esas culturas nos trazamos metas y vivimos para conseguir alcanzarlas y cuando
las logramos nos damos cuenta que no es precisamente lo que esperábamos pero pensamos
que ya es tarde para comenzar de nuevo y lo que hacemos es acostumbrarnos al
ritmo de vida que llevamos. No existe acuerdo en qué es la vida humana y cada
campo del conocimiento plantea una posible explicación a lo que es nuestra vida
y vivimos y morimos en la red de ilusiones tejidas en torno a nuestra
existencia. Casarse, tener hijos, ser profesional, tener casa propia, poseer
tecnología, tener carro, ahorrar, vivir en la ciudad, emplearse... ¿son
ilusiones autoimpuestas por la sociedad o verdades establecidas de manera
natural?
¿Qué
metas debemos plantearnos?, ¿cómo debemos vivir nuestras vidas?, debemos pensar
que si vamos en contra de la corriente, iremos en contra de lo establecido
socialmente y si perjudicamos a los demás nos pueden perjudicar por antisociales,
pero, además de respetar lo socialmente establecido, podemos escoger aquellas
cosas que nos interesan sin importar lo que otros piensen. Si el mundo nos
impone ilusiones ¿por qué no podemos establecer las propias?
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarRima LXVIII.
ResponderEliminarNo sé lo que he soñado
en la noche pasada;
triste, muy triste, debió ser el sueño
pues despierto la angustia me duraba.
Noté, al incorporarme,
húmeda la almohada,
y por primera vez sentí, al notarlo,
de un amargo placer henchirse el alma.
Triste cosa es el sueño
que llanto nos arranca;
mas tengo en mi tristeza una alegría...
¡Sé que aun me quedan lágrimas!
Bécquer
Esas "lágrimas" son mis "rayos de luna". VLC