Vanitas, Jacques Linard, 1600-1645, Museo del Prado. Madrid.

domingo, 7 de octubre de 2012

Reflexionando Sobre la Libertad con el Sabio Esquilo

Esquilo, el profeta del destino, no creía en la libertad del ser humano. Pensaba que venía con nuestro nacimiento la carga que debiamos soportar en la vida desde el principio hasta el final. ¿Libres? Si los dioses decretan desde el inicio aquello que nos espera en la vida. ¡El Hombre es el portador del destino!


En su tragedia “Prometeo Encadenado”, en boca de la Fuerza, en diálogo con Hefesto, dice: Que, excepto Zeus, nadie en el mundo es libre. Al fin profeta, un adelantado a la filosofía de Spinoza y Sartre y al psicoanálisis del S XX.



Existe el debate acerca de la libertad del ser humano. ¿Es el Hombre un ser libre? La religión plantea que Dios nos hizo con libre albedrio. Es decir que somos libres de elegir a nuestro gusto. Escrito está en el Eclesiástico, 15,14: Él hizo al hombre en el principio y lo dejó librado a su propio albedrío. La filosofía afirma lo contrario, que el Hombre no es completamente libre sino que su libertad tiene límites. El filósofo Spinoza afirma: Los Hombres se equivocan al creerse libres, opinión que obedece al solo hecho de que son conscientes de sus acciones e ignorantes de las causas que las determinan.” Y el filósofo colombiano Nicolás Gómez Dávila afirma: Un hombre libre es un hombre sometido a las servidumbres de la vida.” Es por eso que aparece el filósofo Sartre afirmando una postura intermedia: El hombre está condenado a ser libre. Es decir que estamos esclavizados a la libertad. La frase parece contradictoria pero lo que afirma es que no podemos dejar de ser libres. Hasta si decidimos la no elección estamos eligiendo. Esquilo se adelanta a todos ellos al decir “Nadie en el mundo es libre.” Los seres humanos somos esclavos de la existencia, de la naturaleza y de nuestra esencia. La única solución posible la encuentra el mismo Spinoza manifestando: He dicho que es libre quien se guía solo por la razón. Somos esclavos de la naturaleza y de nuestras servidumbres y deseos. Pero si profundizamos en ellas y cuestionamos por qué nos motivan precisamente esas y no otras, al encontrar las razones que las mueven nos queda más fácil hacer la elección, porque la elección sería racional y no instintiva. Al dejarnos guiar por la razón comenzaremos a hacer elecciones motivadas por ella y no por nuestras pulsiones y deseos.


Y sin embargo Esquilo tiene razón, porque aun así, no somos libres de no hacer elecciones. Pero lo mejor es atender el consejo de Spinoza y si debemos escoger a qué esclavizarnos, es mejor ser esclavos de la razón, ya que salvo Zeus, nadie en el mundo es libre.      

1 comentario:

  1. Dios nos dio el libre albedrío, pero Él nos dice que si nos separamos de Él la consecuencias no seran buenas!...Creo que interpretando esto somo libres pero que si nos alejamos y no usamos la palabra libre como debe ser, sino que la confundimos con libertinaje podemos llegar a cometer grandes errores

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