En
la enorme obra Edipo Rey, el gran Sófocles nos hace reflexionar de manera
permanente. Una de sus profundas frases, que educa a quien lee a conciencia,
dice lo siguiente: “...juzga tú solo
con conocimiento de causa”. Algunos dicen que Edipo Rey es una obra policíaca en la que nos enfrentamos a un misterio que se va develando poco a
poco. El misterio es el origen de la peste que azota al pueblo de Tebas, producida por haber
aceptado a Edipo como rey. La historia de Edipo es compleja ya que resulta
asesinando a su padre y casándose con su madre, todo esto sin saberlo. Era el
destino al que estaba sometido desde antes de nacer. Cuando se entera de los
sucesos, se castiga a sí mismo cegándose de manera cruel.
En
esta obra de carácter investigativo, está esta frase que es acorde con
cualquier proceso que esté encaminado a la búsqueda de la verdad, “juzga tu
solo con conocimiento de causa”. Estamos acostumbrados a opinar sobre todo tema,
del que sabemos y del que no. Pero nos enseña el Maestro Sófocles que solo
debemos juzgar de aquello que conocemos. Recordemos la enseñanza de otros dos Sabios
Maestros que han reflexionado, uno sobre la opinión y otro sobre los juicios.
El primero es Platón, que ya en el año 400 a.c. decía que había dos grados de
conocimiento: la ignorancia y la ciencia. A la ignorancia la dividía en creencia
y opinión y a la ciencia la dividía en razón e intuición. Y enseñaba que era
más fiable hablar bajo el dominio de la ciencia que del de la ignorancia, es decir que debíamos
evitar hacer opiniones ya que es mejor hablar con certezas. El
segundo es Jesús, el Nazareno, que en el año 30 d.c. enseñaba a sus oyentes y
seguidores a no juzgar. ¿Por qué? Jesús era sabio y comprendía que la mayoría
de nuestros juicios se basaban en opiniones. Es diferente hablar de un tema
ignorando en qué consiste, que con conocimiento de causa. Pero acertamos más en
nuestros comentarios si los basamos en el conocimiento de las cosas.
Recordemos la enseñanza de uno que fue más sabio entre los sabios, el Maestro Sócrates. Siendo quien era, padre de la filosofía, fue capaz de decir “solo sé que nada se.” Debemos procurar guardar silencio ante lo que desconocemos y hablar solo con el conocimiento de las cosas sobre aquello que se nos consulta.
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