Vanitas, Jacques Linard, 1600-1645, Museo del Prado. Madrid.

sábado, 20 de octubre de 2012

Reflexionando Sobre los Juicios con el Sabio Sófocles

En la enorme obra Edipo Rey, el gran Sófocles nos hace reflexionar de manera permanente. Una de sus profundas frases, que educa a quien lee a conciencia, dice lo siguiente: “...juzga tú solo con conocimiento de causa”. Algunos dicen que Edipo Rey es una obra policíaca en la que nos enfrentamos a un misterio que se va develando poco a poco. El misterio es  el origen de la peste que azota al pueblo de Tebas, producida por haber aceptado a Edipo como rey. La historia de Edipo es compleja ya que resulta asesinando a su padre y casándose con su madre, todo esto sin saberlo. Era el destino al que estaba sometido desde antes de nacer. Cuando se entera de los sucesos, se castiga a sí mismo cegándose de manera cruel.


En esta obra de carácter investigativo, está esta frase que es acorde con cualquier proceso que esté encaminado a la búsqueda de la verdad, “juzga tu solo con conocimiento de causa”. Estamos acostumbrados a opinar sobre todo tema, del que sabemos y del que no. Pero nos enseña el Maestro Sófocles que solo debemos juzgar de aquello que conocemos. Recordemos la enseñanza de otros dos Sabios Maestros que han reflexionado, uno sobre la opinión y otro sobre los juicios. El primero es Platón, que ya en el año 400 a.c. decía que había dos grados de conocimiento: la ignorancia y la ciencia. A la ignorancia la dividía en creencia y opinión y a la ciencia la dividía en razón e intuición. Y enseñaba que era más fiable hablar bajo el dominio de la ciencia que del de la ignorancia, es decir que debíamos evitar hacer opiniones ya que es mejor hablar con certezas. El segundo es Jesús, el Nazareno, que en el año 30 d.c. enseñaba a sus oyentes y seguidores a no juzgar. ¿Por qué? Jesús era sabio y comprendía que la mayoría de nuestros juicios se basaban en opiniones. Es diferente hablar de un tema ignorando en qué consiste, que con conocimiento de causa. Pero acertamos más en nuestros comentarios si los basamos en el conocimiento de las cosas.

Recordemos la enseñanza de uno que fue más sabio entre los sabios, el Maestro Sócrates. Siendo quien era, padre de la filosofía, fue capaz de decir “solo sé que nada se.” Debemos procurar guardar silencio ante lo que desconocemos y hablar solo con el conocimiento de las cosas sobre aquello que se nos consulta.

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