Vanitas, Jacques Linard, 1600-1645, Museo del Prado. Madrid.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Reflexionando Sobre el Error con el Sabio Spinoza


Spinoza logró ver. Abrió el intelecto al mundo y vio. Nosotros no percibimos la realidad tal como es sino que vemos fantasmas de la realidad, sombras, ilusiones que se forjan en nuestra mente. Spinoza logró develar el mundo y percibir la realidad tal cual. Nosotros no hemos querido aprender de él. Somos ciegos, felices en la oscuridad, ignorantes de la luz que despreciamos. Somos felices viendo el punto, ignorantes de la recta; somos felices viendo el instante, ignorantes de la eternidad. (No la eternidad temporal sino la intemporal).

En el libro supremo “Ética demostrada según el orden geométrico”, parte cuarta, escolio de la proposición LIV, dice: “...es inevitable que los Hombres pequen... “Es inevitable”, es decir “no podemos evitar”, y si no se puede evitar quiere decir que está en la naturaleza, esencia o estructura de la cosa, que ocurra. Spinoza nos dice, con su sabiduría, que el error hace parte de la naturaleza humana. Es inevitable que nos equivoquemos. Es inevitable que pequemos, entendiendo por pecado aquellas cosas contrarias a lo moralmente establecido, a la costumbre social. Los seres humanos actuamos cada instante y nuestras acciones vienen guiadas desde nuestro interior. Actuamos por impulso o por decisión. Muchas de esas acciones afectan el mundo a mí alrededor. Algunos efectos son contraproducentes y otros son benéficos, ya sea para mí o los demás. Pero el hecho de que el error sea inevitable no quiere decir que no podamos reducirlo al máximo. El hecho de que el error haga parte de nuestra esencia no quiere decir que la previsión esté ausente. El error existe porque existe el acto impulsivo, la previsión existe porque existe el acto racional. No porque el error sea esencial al ser humano quiere decir que debamos cometer el máximo de errores y los más graves, no. Quiere decir que como el error hace parte de la estructura del ser humano debemos tener presente la gradación y debemos tratar de mantenerlo en el menor grado posible de su existencia. Estamos equipados con la razón que puede mantener en su menor estado posible nuestras acciones erróneas. Al igual que el error, la razón también es parte de nuestra estructura y también viene graduada, por tanto debemos tratar de tenerla en el mayor grado posible de su existencia.


Si el error hace parte del ser humano quiere decir también que debemos tolerar a las personas ya que el error está presente en su estructura. Lo que no debemos perdonar es que se cometa el mismo error de manera constante ya que la razón nos da la capacidad de aprender de las acciones cometidas y de mejorar constantemente como personas.

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