El Estoicismo
es uno de los grandes descubrimientos de la humanidad y una de las mejores
propuestas para una vida feliz. Su anhelo es la sabiduría, su búsqueda la
serenidad. La vida humana es una batalla contra el infortunio, el estoicismo,
la armadura que nos protege.
Epicteto, en su Manual de Vida o Enchiridion, nos regala un pensamiento que a ojos de
muchos podría ser cruel y despiadado, pero a ojos de la razón es real, es
objetivo, y la razón es el camino que nos conduce a la serenidad y a la
sabiduría. Su pensamiento dice así: “Recordemos,
por ejemplo, que cuando abrazamos a nuestro hijo, nuestro esposo o esposa,
estamos abrazando a un mortal. Así, si alguno de ellos hubiere de morir, lo soportaríamos
con serenidad.” ¡Sabio Maestro! Palabras duras, en apariencia crueles,
pero reales. Es un hecho. Todos vamos a morir. ¡Todos! No solamente nosotros,
sino también aquellos a quienes amamos.
Y, lo más probable, es que veamos morir a nuestros seres queridos. ¿Estamos
preparados? ¿Cómo prepararnos? El estoicismo, en boca de Epicteto, nos da las
claves: “Cuando algo ocurre, lo único
que está en nuestro poder es nuestra actitud hacia ese suceso; podemos
aceptarlo o rechazarlo. Lo que realmente nos atemoriza y desconsuela no son los
acontecimientos en sí mismos, sino la forma como pensamos en ellos... No
podemos elegir nuestras circunstancias externas, pero siempre podemos elegir la
forma como respondemos a ellas.” Si somos conscientes de que hay hechos
que son inevitables, aprenderemos a vivir con ellos. ¿Por qué frente a algunos
hechos inevitables no nos atemorizamos? ¿Te da temor defecar en las mañanas? ¿Sientes
temor de que tus seres queridos defequen? ¿Te da temor sentir hambre o que tus seres amados la sientan? ¿Sientes temor de dormir o que tu familia duerma? ¡No!, ¿cierto? Aquellas cosas son inevitables, pero vivimos con ellas
cotidianamente y las aceptamos. La muerte es un proceso natural como natural es
nacer, comer, dormir, respirar, enamorarnos o evacuar nuestra vejiga o nuestros
intestinos. Si hacemos uso de la razón, herramienta que nos sugieren los
Estoicos, trataremos de cambiar la manera como pensamos de aquellas cosas que
nos entristecen o atemorizan y comenzaremos a verlas de manera diferente. No se
trata de ser resignados ante todo. Únicamente ante lo inevitable. Frente a
aquellas cosas que suceden y que está en mí poder darles un giro para que vayan
a buen puerto, debo hacer lo posible para que ello ocurra. Pero ante lo
inevitable, ni modo. Solo nos queda la serenidad del espíritu para vivir sin
afectaciones graves que se salgan de control. La muerte ocurre. La mía, la de
mis padres, la de mis hijos, la de mi cónyuge o mis amigos y debo verla como
algo natural, que pasa, ha pasado y pasará. Y cuando ello ocurra, debo saber
que pronto a mí me tocará y estaré igualmente yaciendo en la caja de madera, y,
simplemente, dejaré de ser y me fundiré en la nada.
En este caso, puede entrar lo que dice en la Biblia:"Polvo soy y polvo volveré a ser" me gusta pensar en esto porque permite darnos cuenta que hay algo mas que controla todo y que nos ha creado...Y como dice otro filosofo:"hay cosas que no dependen de mi, y hay cosas que si lo hacen; las que no dependen debo aceptarlas, y las que si lo hacen debo ponerlas en un buen camino".
ResponderEliminar