Vanitas, Jacques Linard, 1600-1645, Museo del Prado. Madrid.

sábado, 5 de enero de 2013

Reflexionando Sobre la Interpretación con el Sabio Shakespeare


Shakespeare fue un hombre brillante. De sus obras se deduce que fue un profundo conocedor de la condición humana. La forma de transmitir sus conocimientos a sus contemporáneos fue por medio del teatro y lo hizo de tal forma, que no solo se los transmitió a sus contemporáneos si no que los legó eternamente a la humanidad.

En su obra Julio Cesar, en la escena III del acto I, Cicerón, el Senador y filósofo, dice a Casca las siguientes palabras: ...pero los Hombres pueden interpretar las cosas a su manera, en sentido contrario al de las cosas mismas. ¡Qué gran conocimiento acerca de la condición humana por parte de Shakespeare, Gran Maestro de la humanidad! ¡Los Hombres interpretan las cosas a su manera, contrario a las cosas mismas! El ser humano percibe el mundo por medio de sus sentidos y luego hace el ejercicio intelectual de interpretarlo y comprenderlo. ¿Qué sucede en nuestra mente (que es producto de nuestro cerebro) al momento de comprender el mundo? Por nuestros sentidos captamos el mundo, por nuestro intelecto lo comprendemos. Desde antiguo los pensadores (de tendencia racionalista contraria a la tendencia empirista) han enseñado que los sentidos no son fiables, que nuestros sentidos nos engañan. ¿Qué significa esto? Nuestros sentidos perciben el mundo tal como se presenta ante ellos, pero nuestro intelecto debe ver más allá de nuestros sentidos. ¿Cómo es esto? Podemos poner como ejemplo el sistema astronómico. La ciencia enseña, y todos lo aprendemos desde niños, que la tierra se desplaza por el espacio en una órbita alrededor del sol y, además, a diario, gira sobre su propio eje. Nuestros sentidos nos muestran que es el sol el que se desplaza por el firmamento de oriente a occidente. Nuestros sentidos dicen que en el día no hay estrellas pues solo las vemos de noche, nuestro intelecto dice que en el día no vemos estrellas, no porque no estén sino porque la luz del sol, mucho más fuerte, las opaca. El ejemplo anterior es claro respecto de lo que perciben nuestros sentidos y lo que capta e interpreta nuestro intelecto. ¿Qué certeza tenemos entonces de que la imagen que tenemos del mundo es la correcta? Ninguna. La gente de la india antigua murió creyendo que la tierra era plana y que iba sobre la caparazón de una tortuga; la gente de la época medieval murió creyendo que la tierra era el centro del universo y que todo el cielo giraba alrededor de ella en ciclos y epiciclos; muchas tribus americanas antiguas murieron convencidos de sus dioses, hoy muere mucha gente convencida en la fe en Jesús-Dios; y tal vez nosotros moriremos convencidos de que el mundo es como nos lo han enseñado y transmitido en la escuela, universidad, libros o medios de comunicación, y más adelante aparezcan nuevas teorías y nuevos paradigmas.

Si nos adentramos más en la frase de Shakespeare entramos en el reino de la interpretación. ¿Qué es interpretar? Desde la antigüedad griega, los Hombres sabían que el mundo era complejo y que se requería de un don extra para poder captar el mensaje oculto, estaban los sacerdotes que interpretaban las señas y los signos que veían en la naturaleza y solo la interpretación de ellos era válida y eran consultados por los reyes y jefes de ejércitos; y también tenían la deidad especialista en recibir los mensajes del altísimo Zeus y transmitirlos, ya cifrados, a los humanos, Hermes para los griegos o Mercurio para los romanos. De ese dios se deriva el nombre de la ciencia de la interpretación, especialidad de algunos filósofos, la Hermenéutica. Lo que esta ciencia o arte nos dice es que debemos captar el mundo por nuestros sentidos pero, inmediatamente captado el mundo, debemos hacer el ejercicio intelectual de descifrarlo. No porque veamos una pareja salir de un motel quiere decir que necesariamente estaban en las lides del amor, tal vez son dos empleados en cambio de turno. No porque veamos a un hombre apuntando a otro con un arma es que lo va a robar, tal vez es la víctima que desarmó al victimario y está esperando que llegue la policía. Interpretar requiere de un proceso intelectual, no es solamente percibir por medio de los sentidos, si no analizar, preguntar, deducir, imaginar.

Las personas acostumbramos a interpretar las cosas a nuestra manera, de manera contraria a las cosas mismas. No caigamos en el error de creer que nuestra forma de ver el mundo es la correcta y que los demás están equivocados, tengamos la honestidad intelectual de argumentar nuestras ideas y de escuchar otros argumentos. No caigamos en el error de tener una mente estrecha, tengamos el interés intelectual de cultivar el conocimiento para ampliar nuestro horizonte. Cuando percibamos las cosas, indaguemos en las cosas mismas y profundicemos a partir de lo que ellas son y no de lo que nosotros pensamos de ellas, tengamos la honestidad intelectual de ver las cosas limpias de nuestros prejuicios que ciegan nuestra capacidad de interpretar el mundo.

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